martes, 27 de noviembre de 2007

Apología de un extraño

Estoy completamente saturado.

Lamento mi escasa actividad creativa pero, la verdad, últimamente no sé cómo expresarme ni qué decir, porque al fin y al cabo todo lo que diga será falto de interés para cualquiera de los que me conozcan, y más aún para los que no. Cierto es que los estudios y el maltrato, por parte del profesorado y del sistema educativo de las Bellas Artes, hacia lo que, casi sarcásticamente, afirman que es la creatividad, empaña mi inspiración y mi juicio... pero en realidad eso no es más que la punta del iceberg.

En realidad es culpa de mi estado de ánimo, totalmente inestable. Ya no estoy seguro de a qué me atengo en mis acciones hasta que las analizo con posterioridad, y entonces no hago más que descubrirme como un estúpido, sea lo que sea lo que haya hecho y por qué. Siempre hay otra razón, otro motivo, que tira de mí y me cambia la polaridad, y al final me paso la vida debatiendo conmigo mismo por cuestiones que debería tener claramente determinadas desde hace mucho tiempo.

La tentación. Estoy seguro de que tiene algo que ver. Ahora la llamo así, más tarde la llamaré anhelo de experiencia. Hace un año que abrí la puerta del caos y me dejé llevar por mi instinto, porque de repente me sentí viejo y engañado. Siempre he sido un neurótico detestable y, en el fondo, nervioso e impaciente, pero un sedante me apaciguaba hasta que, de pronto, se agotó. Desde entonces acepto y respeto mucho más mis propios impulsos, dado que hacen las veces de vehículo para nuevas experiencias, experiencias que ahora sé que antes estaba dejando pasar como un idiota. No siempre son buenas o agradables, desde luego, pero lo realmente importante es que son nuevas. Si no tienes nuevas experiencias, ¿qué interés tiene seguir adelante? Ahora comprendo el auténtico valor de la libertad, y ya no soporto sentirme atrapado.

Esta manera de vivir es, probablemente, poco saludable tanto psíquica como físicamente. Me carga con la cruz de sus consecuencias y me convierte en un egoísta, algo por lo que, tarde o temprano, siempre acabo atormentándome. Aún así, creo que es algo que enriquece mi vida y la convierte en algo más que un mero pasatiempo. Además, lo considero crucial para el trazado de mi propio camino interior, como humano y como artista. Y ya no me arrepiento. De nada.

Pese a todo, y en consecuencia, las decisiones son cada vez más difíciles de tomar y más lacerantes sea cual sea su resolución. En mis batallas interiores cada vez hay más de mí mismo en juego, y la sensación de locura al final resulta abrumadora. A menudo las ideas se me cruzan en la cabeza y chocan con semejante estrépito que me quedo atónito y me dejo llevar aún más de la cuenta, sin saber muy bien qué hacer, pero rebotando entre un sinfín de posibilidades como si me encontrara en el interior de un juego de pinball. Cuando me siento maduro, me doy cuenta de lo crío que puedo llegar a ser y, cuando me siento un crío, en realidad estoy demostrando una madurez que ni siquiera yo me puedo creer. Pero siempre con ese maldito jet lag.

Y para colmo el ciclo se vuelve a abrir y yo temo equivocarme de puerta. Me pregunto en qué lugar queda mi dignidad con todo esto...

lunes, 12 de noviembre de 2007

Skizoo - Renuncia al Sol

Skizoo - Renuncia al Sol (Skizoo)

Todo tiende a cautivar
Aunque estemos condenados
En la prisión del tiempo...
Un minuto y algo más
Configuran un pasado vestido de silencio...

Escucha
Se extingue una voz
Renuncia al sol...
Y a pesar de todo ahora empiezo a ver
Que éste cielo es más azul desde que no estás tú...

No me sorprende que haya tanta estupidez
Me reconforta, ser un idiota...
Te reconozco en mi propia desnudez
Me conmociona no ser persona...

¡No!

Como hojas de laurel
Somos hijos de un legado sin reconocimiento...
Todo ha vuelto a florecer
Esbozando el retrato de ese arrepentimiento...

Escucha
Se extingue una voz
Renuncia al sol...
Y a pesar de todo ahora empiezo a ver
Que éste cielo es más azul desde que no estás tú...

No me sorprende que haya tanta estupidez
Me reconforta, ser un idiota...
Te reconozco en mi propia desnudez
Me conmociona no ser persona...

Hoy tiraré mi ropa sucia al mar...
Mi desdicha junto a ti, al mar...
Los motivos, la miseria, al mar...
Todo lo que un día fui, al mar...

sábado, 3 de noviembre de 2007

Adivinanza

Nadie es mi nombre, y vivo en lo más profundo de la existencia. Soy tan violento como débil, emprendedor, pero no tan decidido como algunos creen. Amo la paz que completa el puzzle inacabado de mi ser, pero añoro la guerra que me ha visto crecer. Soy una sensual amalgama de deseos hirvientes y sueños por cumplir.

Encerrado en el tiempo, lucho por sobrevivir. La conciencia de los hombres me ahoga y me aplasta con su obesidad mórbida durante nuestra cópula infinita, y yo grito de placer mientras me debato entre la vida y la muerte. ¿Qué hay de nuevo en un universo cíclico? Tan sólo perlas olvidadas en un firmamento quebrado por la vejez. Nostálgico de una infancia que nunca existió, mi loco júbilo rasga el cielo y causa temor. Soy el primer hombre que cambió su vida por su salvación.

Eterna frustración, ando mutilado por las flechas de la risa y la traición. Disfrazado de pensamiento, ataco por la espalda a mi enemigo final con el asta de una bandera blanca que nunca tuve que aceptar. Mi rival llora y se encoge pero, aunque me abraza y me pide perdón, sé que jamás me devolverá lo que un día me arrebató. La barrera retorna y vuelta a empezar. Soy la primera mujer que oyó el llanto de su hijo al nacer.

El sentido de mi vida es la irónica batalla entre lo que debió ocurrir y lo que ocurrió, entre la verdad y el significado, entre lo que uno cree que sabe y lo que sabe que cree. Siempre estoy ahí para mediar entre mi amante mortal y las constelaciones de misterios allende los horizontes de la cordura, mas lo único que consigo a cambio es recibir las culpas del miedo a lo que no se debe nombrar. Soy la leyenda del amanecer y el mito crepuscular.

A menudo observo mis grilletes y me pregunto si no serán de papel, en realidad. Entonces levanto la mirada y me doy cuenta de que no es por ellos, sino por los demás, por lo que no puedo abrir mis alas y volar. Nadie quiere volar. Nadie quiere ser libre.

¿Y quién soy yo para criticar? Nadie.

Nadie...

domingo, 16 de septiembre de 2007

La Estrella Flamígera

Hace varios meses que pende de mi cuello un pequeño objeto. Se trata de una estrella de cinco puntas dentro de un círculo. No estoy seguro del material de que está hecha... sólo sé que es de color plateado. Desde luego, no tiene un gran valor. La compré en un bazar chino con dependiente ecuatoriano. No tiene pedigrí.

En este punto es posible que penséis que soy un superficial, narcisista, vanidoso... un posser, como suele decirse. Yo, en vuestro lugar, lo estaría pensando. Pero no es el caso. No al menos en la mayor parte, vaya. Creo. Ojalá.

La razón por la que me lo compré y por la que lo llevo a diario es porque me sirve de recordatorio, de foco. Es por su significado. Y ahora es cuando os pensaréis que me va el satanismo, o algo aún más blasfemo, porque probablemente tendréis la errónea concepción de que la estrella de cinco puntas tiene algo que ver con lo satánico. Bueno, tiene algo que ver, pero tan sólo en su versión invertida. La mía está de pie. Además, sabéis de sobras que no necesito ser satánico para despotricar tanto como quiera en contra de la Iglesia.

Una amiga, cuando lo vio, exclamó: "¡Hala! ¿Qué haces llevando una estrella satánica por ahí?" y un amigo dijo algo como: "Anda, ya veo que te va el satanismo". Aunque parezca mentira, ninguno de los dos estaba bromeando. Supongo que era algo que ellos consideraban perfectamente esperable, ¿qué otra cosa se puede esperar de alguien que viste de negro todos los días, lee cómics, escucha música maligna con voces "de esas diabólicas" y, para colmo, juega a rol y a los videojuegos (e incluso al ajedrez)? En fin, el pan nuestro de cada día. Eso ya está superado. Pero últimamente han ocurrido muchas cosas en mi vida que aún están por superar, y es por eso que llevo este colgante.

La estrella de cinco puntas es un símbolo muy primitivo, y ha pasado por diversos significados. Matemáticamente, simboliza la infinitud, dado que la estrella de cinco puntas regular forma un pentágono que a su vez puede ser el centro de otra estrella, y así sucesivamente. En la antigüedad representaba la perfección... el andrógino, el matrimonio, la felicidad. Para los masones, es la materia prima, la fuente inagotable de la vida y el genio, que eleva el alma a las altas esferas.

De ahí pasamos a la cábala. En el terreno de los magos herméticos, la estrella de cinco puntas expresa la dominación del espíritu por encima de la Naturaleza. A grandes rasgos, la estrella, con sus cinco puntas, que podrían pasar por dos bracitos, dos piernecitas y una cabecita, representa al ser humano, al poder del alma humana y a la humanidad en general. Cabeza abajo, se emplea por los satánicos y practicantes de magia negra como un símbolo de negatividad, de ayuda para los demonios y para el resto de los numerosos amigos imaginarios que tienen. Un símbolo del pesimismo, vaya... está claro, ¿no? Si la estrella es un hombrecito, hacia abajo significa que lo desapruebas, que no merece lo que tiene, el apocalipsis... incluso hay quien lo relaciona con que, al estar cabeza abajo, se centra en las cosas mundanas, materiales, corrompiendo su alma. Hacia arriba, es todo lo contrario. Representa el poder humano sobre la Creación: en esta posición es la llamada Estrella de Magos o Estrella Flamígera. Es el símbolo primario de la magia y sirve como protección contra los seres diabólicos y las intenciones malévolas. En términos de los mitos de Cthulhu, de la obra de Lovecraft, si le añadiéramos un ojo en el centro de la estrella, tendríamos lo que se llama un Símbolo Arcano, que aleja a multitud de monstruos y seres extraterrestres y extradimensionales.

Y después de leer todo esto ya no sólo pensáis que soy un posser, sino que, además, probablemente soy un supersticioso completamente ido de la mollera que va por ahí escupiendo a ancianitas tomadas por demonios y ahuyentándolas con su colgantito de marras.

Bueno, pues, como he dicho antes, no es así. Me encanta todo lo relacionado con el esoterismo, del mismo modo que me interesa la mitología y las religiones de todo el mundo, y pienso que tengo más conocimientos sobre muchas de sus ramas de lo que muchos creerían, pero no tiene nada que ver con que sea supersticioso, ni mucho menos. Todas estas cosas son especialmente interesantes porque son el fruto de miles de años de costumbres y corrientes de pensamiento. Son la huella de la psicología y la filosofía de la humanidad, y es fascinante la forma en que reflejan los dilemas de la vida, y la sabiduría de que está impregnado cada mito de la antigüedad y cada cántico ritual, pese a que pueda hervir en crueldad como la vida misma.

Me río de la gente que sigue el horóscopo con asiduidad, pero no me río en absoluto de los lazos que la mente humana ha establecido con el firmamento y las constelaciones a lo largo de toda su evolución. Es gracias a estos lazos que hoy el hombre se pasea por la luna como si fuera el patio de su casa. El cual es muy particular.

Así pues, llevo mi colgante, tal y como he dicho antes, como un foco, como un recordatorio de algo muy importante. Un recordatorio de que, haya o no algo más allá de la muerte, esté nuestra vida escrita o no en un gran manual de instrucciones para el jugador de La Humanidad 2: El Retorno en cuyo lomo pueda leerse la palabra destino, exista algo o alguien allá arriba observándonos o no, lo cierto es que ya han pasado suficientes milenios de existencia racial para concluir que cada efecto tiene una causa, y que las causas, al fin y al cabo, siempre las pone el ser humano. Puede que el destino exista, pero no está escrito al tuntún: respeta el hecho de que nada ocurre a partir de la nada. Cada ser humano es responsable de su futuro y de su pasado posterior a la toma de consciencia. Sólo las personas con voluntad alcanzarán la plenitud de sus sueños, porque la voluntad es el vigor del alma, y es el vehículo gracias al cual podemos tomar nuestro camino. No se puede esperar que sea el camino quien nos tome a nosotros. Por alguna razón, mucha gente cree que pensar que es la meta quien escoge a los corredores es más realista que pensar que son los corredores los que escogen la meta. Ponte en marcha, mueve los pies, y el mundo te pertenece. Ese es el poder del ser humano, para bien o para mal.

Y eso es lo que representa mi estrella. Representa al Mago, al que todo lo puede porque sabe que es verdad, al que decide actuar con sabiduría. Representa el futuro. Representa la voluntad. Representa la humanidad. Me representa a mí y te representa a ti. El Mago no es un hecho, es un potencial. Reside en el alma de cada uno de nosotros, durmiendo, aguardando a ser despertado. Daos cuenta de que vuestras acciones provocan consecuencias, y despertará.

Despertad, pensad, actuad... y dejaos llevar por el avatar.



jueves, 13 de septiembre de 2007

Un mundo feliz, feliz, feliz

Por un lado, quiero disculparme por la inactividad del blog. Últimamente mi vida es más interesante que de costumbre, y eso me arrebata horas muertas (aunque sea para matarlas de distinta manera). Además, tengo otros proyectos en los que estoy más volcado de momento, así que quizá tarde un poco más en escribir algo serio.

Y por el otro lado tengo la increíble satisfacción y júbilo de comunicaros a todos que me han robado mi antigua dirección de hotmail, sir_drusk@hotmail.com. Todos los que conservéis esta dirección: ignorad a quien se pueda conectar con ella a menos que pueda probar que se trata de mí mismo mediante una llamada a móvil o algo semejante.

Sustituid la dirección por mi nueva cuenta, por favor: sir_yig@hotmail.com

Os deseo suerte con vuestras direcciones de correo electrónico. Arrevoire.

martes, 11 de septiembre de 2007

Hoy canto el réquiem en memoria de un sueño difunto.

viernes, 20 de julio de 2007

Sisters of Mercy - Temple of Love

Sisters of Mercy - Temple of Love (Temple of Love)

With the fire from the fireworks up above me
With a gun for a lover and a shot for the pain at hand
You run for cover in the temple of love
You run for another but still the same
For the wind will blow my name across this land

In the temple of love you hide together
Believing pain and fear outside
But someone near you rides the weather
And the tears he cried will rain on walls
As wide as lovers eyes

In the temple of love: shine like thunder
In the temple of love: cry like rain
In the temple of love: hear my calling
In the temple of love: hear my name

And the devil in black dress watches over
My guardian angel walks away
Life is short and love is always over in the morning
Black wind come carry me far away

With the sunlight died and night above me
With a gun for a lover and a shot for the pain inside
You run for cover in the temple of love
You run for another its all the same
For the wind will blow and throw your walls aside

With the fire from the fireworks up above
With a gun for a lover and a shot for the pain
You run for cover in the temple of love
I shine like thunder cry like rain
And the temple grows old and strong
But the wind blows longer cold and long
And the temple of love will fall before
This black wind calls my name to you no more

In the black sky thunder sweeping
Underground and over water
Sounds of crying weeping will not save
Your faith for bricks and dreams for mortar
All your prayers must seem as nothing
Ninety-six below the wave
When stone is dust and only air remains

In the temple of love: shine like thunder
In the temple of love: cry like rain
In the temple of love: hear the calling
And the temple of love is falling
Down

In the temple of love: shine like thunder
In the temple of love: cry like rain
In the temple of love: hear my calling
In the temple of love: hear my name

In the black sky thunder sweeping
Underground and over water
Sounds of crying weeping will not save
Your faith for bricks and dreams for mortar
All your prayers must seem as nothing
Ninety-six below the wave
When stone is dust and only air remains
The only haven you can trust

And the devil in black dress watches over
My guardian angel walks away
Life is short and love is always over in the morning
Black wind come carry me far away

With the fire from the fireworks up above
With a gun for a lover and a shot for the pain you

You run for cover in the temple of love
I shine like thunder cry like rain
And the temple grows old and strong
But the wind blows longer cold and long
And the temple of love will fall before
This black wind calls my name to you no more

In the temple of love you hide together
Believing pain and fear outside
But someone near you rides the weather
And the tears he cried will rain on walls
As wide as lovers eyes

In the temple of love: shine like thunder
In the temple of love: cry like rain
In the temple of love: hear my calling
And the temple of love is falling
Down


jueves, 12 de julio de 2007

J. L. Borges

"Dios mueve al jugador, y éste la pieza.
¿Qué dios detrás de Dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonías?"

J. L. Borges (El Ajedrez)

martes, 26 de junio de 2007

El Parque de las Hojas Caídas

Para llegar al Parque de las Hojas Caídas, en la cumbre del Monte Perenne, habrás de subir por el tramo de escaleras más largo de tu vida. Los peldaños son altos, y la piedra de la que están hechos, resbaladiza. Aun así, el paisaje es verde durante todo el trayecto, hermoso y lleno de vida. Frondosos árboles realizan la fotosíntesis en una orgía de placer existencial. Se parecen mucho los unos a los otros, pero aprenderás a distinguir entre ellos durante la escalada. Vas a estar subiendo tanto tiempo que creerás que el horizonte es oblicuo. Las mariposas tratarán de advertirte de que no lo hagas, pero tú seguirás subiendo, ¿verdad?

En el Parque de las Hojas Caídas las hojas siempre caen, pero siempre quedan más por caer. En el Parque de las Hojas Caídas siempre es otoño. Una vez hayas llegado a la cima de las escaleras, notarás cómo el verde intenso se vuelve marrón dorado, y verás los hermosos árboles que se retuercen desde mucho antes de que nadie emprendiera la primera ascensión del monte. Las hojas caerán brillando intermitentemente con el sol, como si nevara luz lenta y apaciguadamente. Y solamente verás a un hombre allá arriba, un anciano repleto de arrugas y con la piel oscurecida, al que algunos llaman Mal de Ojo. Te dedicará una amplia sonrisa cuando te vea llegar, porque la llegada de alguien no es algo que vea muy a menudo. En seguida te ofrecerá sentarte en un banco a escuchar sus historias mientras él desempeña su eterna misión: barrer las hojas del suelo del Parque de las Hojas Caídas.

Mal de Ojo cree que lo llaman de esa manera por la cicatriz que recorre su rostro a través de sus dos ojos, pero eso no es cierto. Esa cicatriz se la provocó el primer hombre que ascendió el Monte Perenne hace mucho, mucho tiempo. Por aquel entonces, Mal de Ojo era joven, sus facciones, nobles, y su tez, pálida. El Parque aún no había recibido su nombre, como la mayoría de las cosas del mundo, entre ellas el propio Mal de Ojo. Se acercó al visitante para recibirlo amablemente pero, cuando éste observó su rostro, algo perturbó su mente. Se dice que el viajero desenvainó súbitamente su puñal y rasgó la cara y los ojos del joven Mal de Ojo para, acto seguido, huir despavorido escaleras abajo. Desde entonces, Mal de Ojo ha ido perdiendo progresivamente la vista, así que no te extrañes si, cuando llegues, le cuesta entrever tu figura en la negrura de sus pensamientos.

El Parque también ha cambiado mucho desde aquel día. Los rumores que dejó tras de sí el viajero hablaban de un hermoso parque rosado y de vivos colores, repleto de flores, en el que siempre era primavera. Las habladurías se extendieron y algunos acudieron al Monte Perenne para contemplar el espectáculo, mas ninguno tuvo el valor de emprender el ascenso de las escaleras que se perdían entre las nubes más altas del firmamento. Ninguno excepto uno, un joven cabizbajo y pusilánime, que emprendió la subida sin mediar palabra con nadie. Andaba despacio, y en ocasiones parecía desfallecer, pero daba la sensación de que sus pies no tenían intención de dejar de subir un peldaño tras otro, hasta llegar a la cima, sin importarles demasiado lo que puediera ocurrir durante el trayecto. Casi parecía que sus pies estaban hartos de soportar su carga, y ya no les importaba la suerte de ésta.

Una vez en la cima, el joven no se encontró con la primavera, sino con el verdor del verano. El calor y la luz del sol caían sobre el Parque generosamente, y se respiraba vida en el ambiente. Vio un hombre de mediana edad sentado en un banco, pensativo. Tenía una cicatriz en la cara. Cuando el joven comenzó a andar con dificultad hacia él, el hombre le miró y le dedicó una sonrisa, al tiempo que le ofrecía que se sentara a su lado. El joven se sentó junto a él, sin variar el semblante en ningún momento, y le miró a los ojos.

—¿Qué trae a un joven como tú a un lugar tan alejado de su tierra?

—Viajo arrastrando la sombra de mi pasado. Vine en busca de reposo al lugar donde, dicen, la primavera es eterna. Mas veo que me equivoqué en mi camino...

—Creo que no te equivocaste, viajero. Al menos, la última primavera fue verdaderamente larga aquí.

—Entonces la primavera no era eterna...

—Las cosas cambian. Los lugares cambian. Las personas cambian. La primavera pasó y el verano ocupó su lugar.

—El ciclo implacable empieza de nuevo... y mi vida repite sus errores como una siniestra burla de la anterior repetición. Ni tan siquiera la ascensión de este enorme monte, que se separa tanto de la rutina humana, es capaz de detener el tiempo.

—Ah, ahora sí te equivocas. No has entendido mis palabras. Todo cambia, pero, aunque sea difícil de advertir, lo hace a causa de algo. Es de necios pensar que lo hace de forma automática. Cuando algo cambia es porque alguien lo desea en el fondo de su corazón.

—¿Alguien deseó que la primavera terminase?

—Antes que tú vino un hombre que aquí se descubrió a sí mismo y supo que no merecía compartir su existencia con la de un lugar tan bello como lo era este. Huyó enloquecido y la primavera no tardó en dar paso al verano. La inocencia y la hermosa debilidad de las flores dio paso a la fugaz juventud en la que los pequeños animales de este parque tratan de ser felices a sabiendas ya de que la felicidad no existe. El verano, no... la juventud es hipócrita.

—Entiendo a ese hombre —dijo el joven, mientras se levantaba de nuevo—, y entiendo cómo se descubrió a sí mismo. Tus palabras son misteriosas, amigo, pero tu desdicha evidente, incluso para mí. Cualquier persona en sus cabales atacaría esos grandes ojos castaños tuyos con tal de evitar que siguieran reflejando la verdad a los pobres pecadores que los observan. Y veo que ese hombre ya lo hizo. Por suerte para ti, yo ya perdí la poca cordura que me quedaba hace tiempo... lo que veo en tus ojos es exactamente lo que veo día tras día en el fondo de mi corazón. Sólamente los lunáticos nos atrevemos a hundirnos en el fondo de nuestros corazones. ¿No es cierto, amigo? Ahora comprendo por qué estabas tú aquí: viniste en su día también atraído por el descanso de la primavera eterna, y la disfrutaste hasta que te la arrebataron.

—De nuevo te equivocas, joven impulsivo. Llegué aquí cuando no era más que un niño, atraído por el desafío de alcanzar la cima de este monte. Subí y subí, y tardé semanas en llegar hasta aquí. Pero el tiempo no era lo único que estaba congelado... por aquel entonces este lugar estaba sepultado bajo las nieves del invierno perpetuo. Tuve mucho miedo, pero decidí que viviría aquí por siempre, instalado en el trofeo de mi propio orgullo. Yo transformé este lugar en el parque que puedes observar. Entonces fue cuando, inesperadamente, llegó la primavera. O quizá no tan inesperadamente... en realidad, yo ya me sentía como si fuera primavera antes de que las flores empezaran a brotar. ¿Lunáticos, dices? Sí, supongo que yo también me volví loco hace mucho tiempo.

—No creo que sea una forma muy correcta de decirlo... al fin y al cabo aquí no pasa el tiempo. Tan sólo cuando alguien lo desea, como tú dices.

—Exactamente igual que en cualquier parte.

El joven se le quedó mirando durante unos segundos, pensativo. Al final, sonrió irónicamente y se alejó, dejando a Mal de Ojo sentado en el banco, volviendo locas de envidia a las ardillas que osaban mirarle a los ojos. Arrastró su sombra con dificultad a través del parque bañado por el inmisericorde sol hasta un enorme árbol y se sentó en la hierba, resguardado de la luz del día. No habían pasado más que unos pocos minutos cuando notó que el peso de su sombra había desaparecido al fundirse con la del árbol. Aliviado y esperanzado, se acurrucó y se durmió en un descanso que no conocía desde hacía mucho tiempo.

Cuando despertó ya había anochecido. Vió que Mal de Ojo estaba durmiendo, de modo que esperó durante la noche observando las estrellas a pesar de que no entendía lo que éstas le auguraban. Al día siguiente, cuando Mal de Ojo hubo despertado, el joven se levantó y quiso acudir a él para contarle el milagro que había acontecido. Sin embargo, pronto advirtió su desgracia: al intentar salir de la sombra del árbol a la luz del sol notó cómo una fuerza terrible le impedía dar un paso más. Asustado, trató de salir con todas sus fuerzas, pero no pudo mover los pies más allá de los límites de la sombra del árbol. Además, la suya propia era mucho mayor de lo normal. Miró desconsolado a Mal de Ojo, y éste le devolvió la mirada entristecido. Ahora no sólo acarreaba con la sombra de su pasado, sino también con la del árbol milenario que le había dado cobijo y bienestar. Incapaz de cargar con su sombra, el joven quedó confinado en ella. Pasaron los días y las noches, y las pesadillas cada vez fueron más frecuentes en su letargo. Un día, Mal de Ojo se le acercó pero, antes de que pudiera entrar en la sombra para consolar al joven, éste le dijo que no necesitaba mirarle a los ojos para comprender que ansiaba que el tiempo transcurriese. Rápidamente. Lo había visto en el fondo de su corazón.

Al día siguiente, Mal de Ojo se despertó con una hoja dorada en la cara. El verano había pasado y había llegado el otoño. Y el tiempo no había sido benevolente con él. Levantó sus viejos huesos y miró hacia el gran árbol. El joven había desaparecido. En su lugar sólo quedaba un montón de hojas amarronadas y un pequeño claro en la hierba.

Desde ese día, el viejo Mal de Ojo barre las hojas del Parque de las Hojas Caídas, esperando la llegada de algún otro viajero en busca de la verdad. ¿Te crees capaz de encontrarla en el fondo de tu corazón? ¿Tienes valor para renunciar a la barrera protectora de los prejuicios de tu cordura para atisbar toda la envergadura de la verdad, para después arrastrarla el resto de tu vida? ¿O te arriesgarás a subir al Monte Perenne para que el anciano que vive allí te eche su mal de ojo? ¿Qué harás entonces? ¿Lo matarás de una vez? ¿Te matarás a ti? ¿Resistirás el deseo de que el tiempo pase de una vez por todas? Sabes que si lo resistes será porque habrás evitado contemplar la verdad absoluta, y eso significa que habrás huído de completar tu búsqueda. Y, te lo advierto, no vale la pena emprender ninguna búsqueda si no estás dispuesto a concluirla.

Tan sólo ten esto en cuenta: Mal de Ojo no resistirá un invierno más.

viernes, 1 de junio de 2007

La bella parca

Durante los dos años que compartimos te lo perdoné todo, mi hermosa parca, pero jamás te perdonaré por el asesinato de mi alma.
Aunque sea tu divino deber.
Yo tampoco tengo la culpa.


sábado, 26 de mayo de 2007

Vida

[Extraído de www.rae.es]

Vida:

(Del lat. vita).

1. f. Fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee.

2. f. Estado de actividad de los seres orgánicos.

3. f. Unión del alma y del cuerpo.

4. f. Espacio de tiempo que transcurre desde el nacimiento de un animal o un vegetal hasta su muerte.

5. f. Duración de las cosas.

6. f. Modo de vivir en lo tocante a la fortuna o desgracia de una persona, o a las comodidades o incomodidades con que vive.

7. f. Modo de vivir en orden a la profesión, empleo, oficio u ocupación.

8. f. Alimento necesario para vivir o mantener la existencia.

9. f. Conducta o método de vivir con relación a las acciones de los seres racionales.

10. f. Ser humano.

11. f. Relación o historia de las acciones notables ejecutadas por una persona durante su vida.

12. f. Estado del alma después de la muerte.

13. f. Prostitución (? actividad de quien mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero). Echarse a la vida Ser de la vida

14. f. Cosa que origina suma complacencia.

15. f. Cosa que contribuye o sirve al ser o conservación de otra.

16. f. Estado de la gracia y proporción para el mérito de las buenas obras.

17. f. Vista y posesión de Dios en el cielo. Mejor vida Vida eterna

18. f. Expresión, viveza, especialmente hablando de los ojos.

19. f. Animación, vitalidad de una cosa o de una persona. Esta ciudad tiene poca vida nocturna Es un cuadro con mucha vida

20. f. Aleluya (? pliego con una serie de estampitas).


lunes, 14 de mayo de 2007

Terrible Truth #03: It doesn't really Matter



Dedicado a Rachel.

sábado, 12 de mayo de 2007

Napalm Death - You Suffer

Napalm Death - You Suffer (Scum)

You suffer
But why?

jueves, 3 de mayo de 2007

Mushishi, entre lo material y lo intangible

Publicado por mí en El Frikotaku:

Los aficionados al cómic y la animación japonesa vivimos una época agridulce. Si bien la llegada de este material a nuestro país es cada vez más fluída y la afición cada vez más extendida, también es cierto que la calidad media ha bajado considerablemente. Las obras se autoencasillan en estilos definidos y temáticas ya sobreexplotadas, y terminas con un buen montón de copias vanidosas y sin brío. No hay duda de que ahora lo que se lleva es el Shônen cerrado y el Shôjo facilón, por no hablar del humor Ecchi, repetitivo a más no poder. Las historias serias e interesantes, el magnífico estilo Seinen, parecen cosa del pasado. O eso es lo que uno piensa cuando está algo deprimido, hasta que una esperanza surge de la negrura.

En esta ocasión, la esperanza llega bajo el nombre de Mushishi. Se trata de un anime que descubrí hace cosa de medio año y que no había tenido tiempo de ver hasta ahora, cuando curiosamente ha empezado a publicarse en España la versión en manga del mismo. De momento no la he leído y no podría opinar sobre ella, así que me ceñiré a lo que respecta a la versión animada.

La historia trata de cómo un Mushishi, o lo que es lo mismo, un experto en Mushi, recorre el Japón tradicional investigando las distintas clases de Mushi y ayudando a la gente que tiene problemas con ellos. Los Mushi son unos seres cuya existencia es totalmente distinta a la de los humanos, las plantas o los animales, que viven en la línea que divide lo material de lo intangible, y que dependen del flujo vital del planeta. Este Mushishi, Ginkô, irá desvelando sus secretos a medida que la serie avance. El anime consta de 26 capítulos, todos ellos autoconclusivos.

Cuando nos disponemos a visionar Mushishi, estamos a punto de despegarnos de nuestros asuntos diarios para entrar en un mundo lleno de calma y serenidad. Cuando nos hayamos acostumbrado a la mecánica de la serie, atenderemos a las historias de Ginkô concentrados como niños. Y es que lo más destacable de este anime es la ambientación. Desde el principio hasta el final, la enorme calidad gráfica y de animación, a la par que la magnífica banda sonora y el espléndido trabajo de dirección, nos sumergirán en el medievo japonés de la cabeza a los pies. Pero sin ahogarnos. Mushishi desborda nostalgia por doquier.

Además, cabe mencionar lo original que es en lo que al estilo se refiere. Nos encontramos ante una muy acertada mezcla del mejor Seinen con un Shônen sobrio y un Shôjo sutil que tan sólo son perceptibles por el concepto de búsqueda de seres sobrenaturales siempre distintos (el famoso elemento Pokémon) y por el enfoque sentimental que tienen todas y cada una de las historias.

Lo único que quizá se le puede achacar es el tema de los Mushi como ser sobrenatural representativo de la Naturaleza. En seguida nos recordará a los Kodamas de la Princesa Mononoke, a la Corriente Vital de Final Fantasy VII y a mil cosas más. No es un error demasiado grande, porque el desarrollo lo hace único, pero en esencia peca de reiterar una temática bastante explotada. Esto y el hecho de que no haya una trama sólida tras todo ese bonito trasfondo. Los capítulos autoconclusivos son loables sobre todo por el hecho de que hoy en día prácticamente no se dan en ningún anime serio, pero quizá podría haberse alternado con una historia de fondo que añadiese interés al espectador. De hecho, existe un amago de ésto, y es que Ginkô nos irá mostrando cosas nuevas acerca de su vida en algunos capítulos puntuales de la serie, pero siempre de un modo tan escaso que dejará con ganas de más. Además, esta ausencia de trama principal hace que el último capítulo no tenga carácter de conclusión en absoluto, lo que alimenta mis sospechas de una posible futura continuación.

En fin, una obra de arte de la animación japonesa como pocas se ven hoy en día, que se define a sí misma y no responde plenamente a ninguna etiqueta comercial. Altamente recomendable.




domingo, 29 de abril de 2007

Nada Surf - Blankest Year

Nada Surf - Blankest Year (The Weight Is a Gift)

Oh, to hell with it
I'm gonna have a party [x2]

I had the blankest year
I saw life turn into a T.V. show
It was totally weird
The person I knew I didn't really know

Time don't move
We're the only ones who do
Bendin' reason
'Cause its all we hold on to

I had the blankest year
I saw life turn into a T.V. show
It was totally weird
The person I knew I didn't really know

And I was lonely
Thank god the band's doing well
But you don't own me
I'd like to return this spell
'Cause it's not my size
And your lies are so much bigger than my lies
And your ties are made of things that shouldn't be ties

Oh, fuck it
I'm gonna have a party [x3]

sábado, 28 de abril de 2007

viernes, 27 de abril de 2007

Perfección

[Extraído de www.rae.es]

Perfección:

(Del lat. perfectio, -onis).

1. f. Acción de perfeccionar.

2. f. Cualidad de perfecto.

3. f. Cosa perfecta.

4. f. Der. En los actos jurídicos, fase y momento en que, al concurrir todos los requisitos, nacen los derechos y obligaciones.

sábado, 21 de abril de 2007

miércoles, 18 de abril de 2007

Manifiesto de la Libertad

Sin estupideces: ¿Qué es el bien y qué es el mal? ¿Alguno de los aquí presentes -y digo "aquí presentes" de un modo muy metafórico, créeme, lo que busco claramente es potenciar la función apelativa- maneja algún tipo de código moral o ético? Los más estúpidos (¿por qué demonios la única palabra no coloquial que suena contundente es "estúpido"?) se levantarán y gritarán al cielo que no, que no lo necesitan, que es una absurdez, que no hay que pensar en esas cosas, sólo vivir. Es lo que responden el setenta por ciento de los adolescentes cuando les pregunta el profesor de Ética. Los más ignorantes (aquí entras tú) también se levantarán, para asegurarse de armar al menos tanto revuelo como sus compañeros de clase y para, de paso, gritar al cielo que sí siguen un código de honor como héroes y heroínas que deben ser con tal de que su futuro y el del planeta sea feliz. Ahí tenemos el otro treinta. Pero nos dejamos a alguien. A los más inteligentes, como no podía ser de otro modo. Los más inteligentes nunca aparecen en las estadísticas. Ellos dudarán. Vamos a ver si, por una vez, nos podemos poner en su pellejo.

Los estúpidos son estúpidos, lo sabemos, les conocemos. Y ahora dicen que están orgullosos de no ceñirse a ninguna moral. Seguro que están equivocados. A ver, tendremos que repasar... Si uno no tiene moral -y no me refiero a una moral decente para la sociedad, sino una moral que defina su personalidad, ya sea la personalidad del marqués de Sade o de la madre de Calcuta-, tenemos a un animal sin poco más que ofrecer que unos pocos genes para asegurar la continuidad de la especie. Una especie que, por cierto, ya ha aprendido a crear dispositivos con las mismas inquietudes intelectuales que ellos. Es como para sentirse inútil, ¿verdad? O estúpido.

Los ignorantes han dado el grito y se han quedado a gusto. Vamos a frustrar a esos creídos. Se creen héroes y heroínas porque creen que actuarían del modo que tienen planeado en el momento adecuado, aunque ese momento nunca llegue a existir. Y aunque lo hicieran, estarían actuando para sentirse felices. Tanto si quieren ser médicos para salvar a gente, o ir al ejército a matar a mucha gente para salvar así a otra gente, o ser bomberos y salvar a gente, o ser unos mártires masoquistas peregrinando por la salvación de la humanidad ante la llegada del Apocalipsis... todos ellos harían esas cosas para sentirse felices. Lo harían por beneficio propio. Para alimentar su ego. Pero sólo eran los ejemplos más típicos, los cuales son, quizá, los menos fáciles de detectar. La magia de la hipocresía. Es más obvio en el caso de un egoísta, que hará lo posible por quedarse con todo y así ser más feliz. Pero no será feliz por tenerlo todo, sino por la satisfacción de haberse realizado en su naturaleza. ¡Punto extra de fuerza de voluntad! Superman no es feliz por salvar personas. Es feliz porque sabe que está por encima de ellas.

Hablando de Superman, ¡no nos olvidemos de nosotros mismos! Los más inteligentes nos hemos quedado dudando. No tener moral es estúpido, pero tenerla no parece mucho más digno. Y eso que la definición de "digno" pasa por seguir la moral de uno mismo. Qué ironía. Pero, en fin, ahora somos inteligentes y nos damos cuenta de que quien tiene que captar esto son el resto de las personas.

¡Horror! Los estúpidos han advertido que dudamos y nos llaman estúpidos por no pensar como ellos. Los ignorantes sólamente nos miran de reojo, mofándose de nuestra evidenciada falta de lucidez. Ante tal panorama, los inteligentes nos golpeamos la cabeza contra la pared hasta que nos damos cuenta de algo. Ser éticos es lo mismo que no serlo. La moral no existe. ¿Cómo podría nunca haber existido? Es una obvia imagen mental evolucionada del instinto animal y adaptada para una vida en sociedad. La humanidad no es digna. No puede serlo. No tiene los medios para serlo, ¡esos medios ni siquiera existen! Decepción para los ignorantes: la humanidad es estúpida. Excepto los inteligentes. Los inteligentes somos estúpidos e ignorantes. Estúpidos porque funcionamos del mismo modo automático que todos los demás, e ignorantes porque detrás de la gran duda hay un código moral que nos está impulsando a dudar sin que nos hayamos dado cuenta hasta ahora.

Es en este punto en el que agarramos la pistola e insertamos frenéticamente su cañón en nuestra boca. ¿Que por qué? Porque desde que se puso la capa, Superman nunca fue feliz.



miércoles, 11 de abril de 2007

Paul Valéry

"Temen morir y no temen vivir".

Paul Valéry


viernes, 30 de marzo de 2007

Deadstar Assembly - Killing Myself Again

Deadstar Assembly - Killing Myself Again (Unsaved)

Every page of my suicide script
They all have a cross to bear
Like a hammer to the teeth
Answer my misguided prayer

Watch it kill you, watch it kill me
My hypocrisy is so sincere
Each dose of delusion
Becomes a feeding frenzy

Carving this message into my skin
Haunting me
This isn't the way I want to live
It's killing me
It's killing me
Carving this message into my skin
With not one shit left to give
I don't know if I'm gonna be
It's killing me
It's killing me to live

Killing myself again
Killing myself again
Killing myself again
I'm killing myself to live
Killing myself again
Killing myself again
Killing myself again
I kill myself to live

Carving this message into my skin
Haunting me
This isn't the way I want to live
It's killing me
It's killing me
Carving this message into my skin
With not one shit left to give
I don't know if I'm gonna be
It's killing me
It's killing me to live

Killing myself again
Killing myself to live
Killing myself again
Killing myself to live
I'm killing
I'm killing
I'm killing
I'm killing myself to live

Carving this message into my skin
Haunting me
This isn't the way I want to live
It's killing me
It's killing me
Carving this message into my skin
With not one shit left to give
I don't know if I'm gonna be
It's killing me
It's killing me to live




jueves, 22 de marzo de 2007

El multiverso

Dicen que si dices una palabra muchas veces seguidas acaba por perder el significado. Como si tu cerebro dejara de relacionarlas con su concepto y comenzara a oír únicamente un puñado de sílabas. A mí me ocurre algo parecido con mi cara. Cuando me veo en un espejo me analizo de tal forma que parece que esté hablando mentalmente con mi reflejo. Le digo: "chico, dónde has ido a parar".

Mi antigua novia decía que yo lo analizaba todo. Quizá tenía razón. Quizá demasiado. ¿Pero existe un límite cuando se trata de descubrir la verdad? Todo lo que nos rodea esconde más de un significado. Es como las capas de una cebolla. La mayoría de la gente se queda en la más externa, que es, generalmente, la que se nos pretende inculcar concienzudamente o como parte de la aborrecible reacción en cadena de la costumbre y la tradición. También suele ser la capa más placentera y, en este maldito mundo en el que vivimos, a la mayoría de la gente sólo le interesa sentirse a gusto.

Tomemos como ejemplo la religión. La apabullante mayoría de la población española forma parte del cristianismo católico por ninguna razón en particular: simplemente son bautizados de niños por tradición, como si fuera algo normal y corriente. Más tarde les ponen un vestido de marinerito y hacen la primera comunión con la esperanza de que alguna tía segunda que no conocían de nada les regalará una videoconsola de última generación. Al crecer, a la mayoría no le importa pertenecer a ese colectivo que, al fin y al cabo, transmite buenos valores como el amor, la tolerancia y el perdón. Puede que se sientan orgullosos de ser cristianos, aunque no hayan pisado una iglesia desde la comunión. Puede que incluso se lleguen a creer toda esa historia de Dios y las aventuras de Cristo y sus amigos. Hasta aquí es hasta donde la mayoría de la gente suele llegar cuando piensa en ello.

Ahora bien, cuando a uno le hablan del amor, la tolerancia y el perdón de la Iglesia no puede más que echar la mirada atrás en la historia y recordar lo bien que predicaba estos buenos valores el filo de las espadas de los benditos cruzados en Tierra Santa. Seguramente, desde el retorcido punto de vista del Dios cristiano, la muerte era lo mejor que podían esperar aquellos pobres musulmanes. El mejor perdón. Echad un ojo a todo ese léxico valorativo. La Iglesia se lo trabaja mucho.

Lo mejor y más bonito de todo esto es que casi un milenio después hay gente que se siente orgullosa de pertenecer a una sociedad ideológica internacional que en el pasado acabó con la vida de miles y miles de personas que, en aquella época, representaban el avance de la ciencia en el mundo. La ciencia que hoy en día todo el mundo considera obvia e intrínseca a su vida y a la de los demás. Intrínseca al mundo. Vaya, fíjate qué es lo que hacía la gente por aquel entonces con las personas que analizaban el mundo. Es como para asustarse, ¿verdad? A mí me asusta. Pero resulta que prácticamente toda nuestra sociedad respalda el nombre de la entidad que llevó a cabo toda esa masacre cultural.

Antes he hablado del léxico valorativo. ¿Sabéis lo que es? Seguro que los aspirantes a realizar la prueba de selectividad lo saben. Son palabras que vomitan ambigüedad y que dependen en gran parte de la opinión del emisor y del contexto. Amor, tolerancia, perdón. ¿Qué es el amor para un sadomasoquista? ¿Qué es la tolerancia para un judío? ¿Qué es el perdón para un condenado a muerte? Nadie en sus cabales puede definir el amor y creer que es la respuesta única y definitiva para uno de los más tristes enigmas de la humanidad. Ni siquiera un médico. Ni siquiera un sacerdote.

La Iglesia no sólo mató a todos aquellos musulmanes. También ha hecho estragos a lo largo de su existencia con la Inquisición, que quemaba por igual libros y mujeres; pero no es el único calvario moral del ser humano. Tan ideológicamente mortal como la religión es el nacionalismo. Ha acabado con la vida de miles de millones de personas de la misma forma y por cuestiones aún más egoístas. Pero no son pocos los hogares en cuyas paredes cuelga la bandera del país, y no son pocos los jóvenes que corean el himno de la nación cuando lo oyen. Tal y como lo hacía la Alemania nazi. Y, sin embargo, ellos lo hacen de buen grado, convencidos de tener el deber de estar orgullosos de lo que sus antepasados le hicieron al mundo.

No obstante, estos ejemplos apelan a fenómenos sociales, a problemas del ser humano causados por el propio ser humano. Son pasto de la sociología, no de la filosofía. Seamos filósofos. Analicemos algo todavía más aterrador. ¿Os atrevéis? ¿Os atreveréis a cuestionar el principio mismo del universo? ¿Su estructura? ¿Nuestro lugar en ella? Alguien dijo una vez: "Sapere aude". Los chicos de la selectividad estarán contentos con el texto de hoy. Es griego, y significa: "Atrévete a pensar". Pero hacerlo no es escoger el camino de la felicidad. Es escoger el camino de la ambición. Y la ambición siempre termina en tragedia. Yo lo sé. Pero no soy de los que juegan el modo fácil de un videojuego nuevo.

El tiempo y el espacio. Los auténticos mandamientos de Dios. ¿Cómo analizar el tiempo y el espacio? La humanidad nunca ha sido capaz de ello. La ciencia ha establecido ciertas directrices mediante las cuales medirlos -dando a luz así a la Física- pero no ha podido analizarlos conceptualmente. El espacio es la falta de volumen y el tiempo es la sucesión de los ahoras. La mayoría de la gente tiene bastante con esta definición. Es rápida y eficaz, a la par que súmamente sencilla. Pero hay algo que no cuadra en ella. ¿A que no adivináis de qué se trata?

Se trata de la infinitud. Para la mente humana, esta palabra es como un hombre muy gordo tratando de tirarse por el tobogán de agua infantil. ¿Cómo se puede medir algo infinito en su totalidad? No se puede, precisamente por su condición de infinito. Y no es sólo que no tiene fin, sino que tampoco tiene principio. Cuando mides el espacio siempre estás escogiendo un segmento de todo el Espacio. Algunos podrían decir que el Espacio no es infinito. Entonces, ¿qué hay fuera de él? ¿Y fuera de lo que haya fuera de él? ¿Y fuera de eso otro? Nuestro cerebro siempre nos pide un fuera y un dentro. No podemos concebir un Espacio infinito, porque se contradice con todo lo que conocemos. Es por esto que fuera siempre queda el factor Dios. Para los cristianos, lo que hay "fuera" del universo -refiriéndome a "fuera de lo perteneciente a este universo"- es Dios, que lo creó. ¿Y dónde estaba Dios entonces? ¿Dentro? No pudo estar dentro cuando no existía. Tuvo que estar fuera. ¿Y quién había creado entonces a Dios y a ese fuera? ¿Otro Dios? ¿Y ese otro Diós dónde estaba? Y así, la cadena podría extenderse eternamente. Se mire por donde se mire, sólo podemos pensar en el Espacio como algo infinito, aunque choque con nuestra lógica, y ésto es algo que la ciencia sabe desde hace ya mucho tiempo.

Ahora empieza la diversión. En un universo infinito, existen infinitas probabilidades de que exista vida inteligente fuera del planeta Tierra. De hecho, existen infinitas probabilidades de que exista un número infinito de razas infinitamente más inteligentes que el ser humano. Más interesante aún: existen infinitas probabilidades de que exista un número infinito de planetas Tierra, exactamente iguales al nuestro. Existen infinitas probabilidades de que un número infinito de personas llamadas como yo estén ahora mismo escribiendo un artículo en una ciudad llamada igual a la mía y en un país igual al mío, dentro de un planeta Tierra exactamente igual a este... que a su vez esté dentro de una Vía Láctea como la nuestra, que a su vez esté dentro de un universo como el nuestro. Ah, ¿pero hablaba acerca de lo que hay fuera de este universo? No, no lo estaba haciendo.

Universos dentro de un mismo universo, como una infinidad de muñecas rusas que nunca llegan a ser suficientemente pequeñas como para que no quepa un universo más dentro, ni suficientemente grandes como para que no quepa uno más fuera. Porque la cadena no tiene fin, pero tampoco principio. Si, además, añadimos a la ecuación el factor tiempo, el asunto se vuelve todavía más divertido. El tiempo es lo único que, en conjugación con nuestra supuesta posición espacial, hace lejanas a las cosas distantes. Los espacios lejanos son los que precisan de más tiempo para ser alcanzados. No obstante, si tenemos en cuenta que se puede decir del tiempo lo mismo que he dicho sobre el espacio en cuanto a su infinitud y multiplicidad de realidades -ésto es más difícil de imaginar, pero evidente si establecemos el paralelismo con las características del espacio-, entonces tenemos que existen infinitas probabilidades de que esté escribiendo un artículo ahora mismo y aquí mismo. El resultado ha sido obvio y aburrido, ¿verdad? Lo interesante es que existen el mismo número infinito de probabilidades de que yo esté jugando a las cartas ahora mismo y aquí mismo. O saltando, o cantando, o estudiando, o jugando al ajedrez. O todo a la vez. Ahora y aquí mismo. O en casa del vecino. O en la universidad. O en mi ciudad natal. O en todas partes a la vez.

Cada vez que tú o tu destino tomáis una decisión, el camino se bifurca y las probabilidades se multiplican. Existe una realidad para cada una de las posibilidades de tu vida. Todo lo que no fuiste sí que lo fuiste y lo eres, y también lo serás. Hay una infinidad de probabilidades para ello. Hay una infinidad de probabilidades para todo.

En algún tiempo, en algún lugar, el mundo no está maldito. En algún tiempo, en algún lugar, todo tiene sentido. En algún tiempo, en algún lugar, mis sueños se han cumplido.

En algún tiempo, en algún lugar, ella todavía piensa en mí.

lunes, 12 de marzo de 2007

Post en cadena: ¿Cuáles son tus superhéroes favoritos?

Mi amigo Shinichi/SuperPJ [ http://otakuland2.blogspot.com ] me ha pasado el relevo de este post en cadena. La pregunta que plantea el mismo es: ¿Cuáles son tus superhéroes favoritos?

Bien. No me gusta el cómic de superhéroes, y tampoco estoy muy puesto en el tema, así que obviaré el prefijo "super" y catalogaré mis héroes favoritos.


1. Cloud Strife (Final Fantasy VII)

Es un antihéroe de lo más interesante. Representa la culpabilidad y el reto de enmendar el pasado, además de la profundidad de racionalización tanto del coraje como del dolor. Conforme avanza la historia, Cloud ganará tanto en valor como en locura.



2. Shinji Ikari (Neon Genesis Evangelion)

La duda, la inseguridad, la apatía, la pasividad... Shinji Ikari no es un héroe por lo que hace, sino por lo que siente.




3. Kenzô Tenma (Monster)

El dr. Tenma tendrá que recorrer toda Alemania en pos de encontrar a Johan, un joven al que salvó la vida de niño y que se ha convertido en el más terrible asesino jamás conocido. Es muy interesante el hecho de que esté plenamente decidido a acabar con la vida que un día salvó. Toda su historia gira en torno a esta decisión.



4. Kei Kurono (Gantz)

Querer es poder. Ésta es la única lección que Kei nos enseña. Y sin embargo es tan importante... ¿acaso no dicen que si morimos es porque aceptamos la muerte? Yo soy inmortal.



5. Shinichi Kudo / Conan Edogawa (Detective Conan)

Shinichi, un detective adolescente con grandes dotes deductivas, es involucrado por casualidad en los oscuros secretos de la organización de los Hombres de Negro, los cuales le emplean para probar un veneno recientemente desarrollado. Este veneno reduce el tamaño de su cuerpo y lo rejuvenece hasta aparentar la edad de seis años. Bajo la piel de un niño, y con un nombre falso, Conan Edogawa, se dedica a combatir el crimen con la única ayuda de su intelecto.




Bueno, supongo que podría seguir durante mucho tiempo, pero no sabría cuáles prefiero por encima de los otros. De hecho, los que acabo de escribir ya están injustamente jerarquizados, pero en fin...

PD: Lamento no escribir nada con chicha últimamente. Estoy muy atareado, lo siento.

lunes, 26 de febrero de 2007

El Arte Friki

Publicado por mí en El Frikotaku:

Tiempo hace ya que la palabra friki es conocida por la mayor parte de la juventud. Esta palabra es normalmente empleada para designar a las personas con gustos o aficiones fuera de lo común, y proviene del inglés "freak", es decir, "raro" o "monstruo". Aunque también se utiliza en otros contextos, el uso más extendido es el de referirse a un aficionado a los cómics, la animación, los videojuegos, los juegos de rol... En definitiva, al aficionado a la cultura y el ocio actuales. Al principio era muy peyorativo y, de hecho, el término lo es, pero, con el tiempo, los propios aficionados abrazaron la palabra y se empezaron a enorgullecer de ella. Los frikis empezaron a estar orgullosos de ser monstruos.

Por otra parte tenemos la palabra otaku, que viene de Japón y significa "obsesionado" o "enfermo". Se emplea básicamente para lo mismo que "friki", pero, en este caso, se refiere a los aficionados al manga (cómic japonés), el animé (animación japonesa) y la cultura nipona en general. También es un término muy peyorativo, pero, con el tiempo, igualmente se terminaron identificando con él los propios aficionados a los que iba dirigido. Los otakus empezaron a sentirse orgullosos de estar obsesionados.

Ésto no es realmente malo: es una buena forma de plantar cara a una sociedad ignorante que rechaza lo que desconoce sin que le importe que se trate de un pilar clave para la cultura y el arte actual. Si ser raro significa ser culto, entonces me enorgullezco de ello. Llámame friki, porque lo soy. Aunque otaku ya no me gusta tanto que me lo digan, porque no sólo no me considero un obsesionado, sino que encima se refiere únicamente a lo japonés del mundo friki.

Sea como sea, este encasillamiento social afecta al objeto de nuestra afición. Puede que sus ventas vayan bien, pero está aislado del mundo al que debiera pertenecer: el mundo del arte. Tanto el cómic (una combinación del dibujo y la literatura), la animación (imágenes consecutivas que forman movimiento, como el cine), los videojuegos (hoy en día potencialmente más envolventes que cualquier película) o el juego de rol (una variante del arte dramático que mezcla a su vez la literatura), entre otros, están injustamente apartados del panorama artístico actual. Esto es debido a que son considerados meros artículos de ocio y subvalorados hasta el punto de ser completamente desacreditados como arte por gran parte de la sociedad. Y eso es absurdo.

Podría ponerme a filosofar acerca de lo que puede llegar a transmitir un cómic, una película de animación, un videojuego o una buena partida a un juego de rol, pero en lugar de ello emplearé un argumento mucho más sencillo y rápido: el ejemplificador. Los cuatro ejemplos que he dado antes están compuestos por dos artes o más que sí están reconocidas. El cómic, por la literatura y el dibujo o la pintura, la animación, por el cine y el dibujo o la pintura, el videojuego, por el cine y, o bien el dibujo o la pintura (en el caso de los juegos en 2D) o bien la escultura y la arquitectura (en los juegos 3D), y el juego de rol por el arte dramático y la literatura. Si aceptamos todas esas conocidas expresiones artísticas como arte, ¿por qué no reconocer como arte las expresiones nacidas de su unión?

Lo que ocurre es que, en su mayoría, son artes que han precisado del avance de la tecnología para nacer (el caso del juego de rol es el más incomprensible) y ahora a la sociedad banal y conservadora le cuesta asimilarlas. Pero es preciso que sean aceptadas pronto, porque son la clave para la evolución del arte. La pintura, la escultura, la arquitectura... todas esas artes son también interesantes, pero no tienen derecho a mostrarse superiores a las nuevas de hoy en día. ¿Es que la gente no se da cuenta de que el mundo digital es el futuro? Dentro de nada la pintura y la escultura pasarán eminentemente al formato digital, y entonces serán los diseñadores de videojuegos los que tomarán el relevo. Y es tan sólo un ejemplo.

domingo, 11 de febrero de 2007

Daisuke Ishiwatari y Arc. System Works

"Another savage day on planet Earth".

Daisuke Ishiwatari y Arc. System Works (Guilty Gear XX)


jueves, 8 de febrero de 2007

La mente en blanco

Últimamente ha llovido mucho. Me gusta la lluvia. Me gusta observarla. Me gusta oírla, olerla, sentirla e incluso saborearla. Hace un par de días me encontraba bajo la lluvia, de camino a casa, poco antes del amanecer. No tenía paraguas, pero andaba despacio. Sentía como si estuviera siendo testigo de un acontecimiento muy importante. Monumental. La lluvia ha recorrido el planeta desde el momento en que nació. Ha sido la canción de cuna que lo ha aplacado durante todo este tiempo. Ahora, el planeta se ha hecho mayor y parece que la repudie. La mayor parte de la gente la repudia. Pero, en el fondo, es primordial para la supervivencia del medio ambiente. La fría calidez de su melodía sigue arrullando el espíritu de quien la escucha. Si vagas bajo la lluvia, el eco de su música te envuelve y rebota en tu mente, generando en su interior unas armonías que se elevan por encima del pensamiento y lo sumerge en un bálsamo de serenidad antediluviana. Cierras los ojos y te parece vislumbrar la respuesta a todas las preguntas. Te sientes empequeñecer, ante las dimensiones del fenómeno natural que tan acostumbrado estabas a ver. Te sientes un espectador, y empequeñeces hasta el punto de sentirte desaparecer. La lluvia tiene un efecto sedante. Puede otorgar el placer de dejar la mente en blanco. Te ayuda a escapar. Te ayuda a no pensar.
¿Qué es el pez cuando no quiere nadar? ¿Qué es el águila si se niega a volar? ¿Qué es el ser humano cuando reniega del pensamiento? Tras la ruptura con mi antigua pareja, he tratado de huir del dolor refugiándome en la actividad contínua. He retomado viejos proyectos y he iniciado otros nuevos, además de planear todavía más que aún están por llegar. Me sobreexijo con tal de no caer en la depresión total. También ayudan los amigos, a los que he comenzado a apreciar más desde lo ocurrido, y que me ayudan a esquivar mi consciencia manteniéndome activo al socializarme con ellos, especialmente mis nuevos amigos de la facultad, que son con los que más contacto tengo últimamente. Pero en el fondo sé que ahora estoy completamente solo, de modo que mi autoestima, a lo largo del día, asciende y desciende como una montaña rusa sobre una falla tectónica. Y no en vano termina el trayecto abajo del todo, porque en el oscuro silencio de la noche acecha el pasado, y el muy traidor apuñala los nervios por la espalda.
Ella dijo que recuperaría mis ilusiones. Que las ilusiones siempre se recuperan. No es cierto.
Es verdad que mis sueños son lo único que me mantiene pegado aún a este mundo de mentiras, pero ya no son ilusiones. Se han convertido en necesidades, en lo único mediante lo cual puedo seguir viviendo. Ya no me ilusiona nada, en realidad. Ni siquiera puedo decir que haya estado contento ni un solo segundo desde hace más de dos meses. He podido estar más o menos activo, más o menos comunicativo, pero no contento. Nunca más. Porque desde entonces hay algo en el fondo de mi consciencia que empaña mis emociones. Desde entonces nada me importa mucho. Y mucho me importa nada.
Tal y como he dicho, mi subconsciente me impulsa a mantener la mente en blanco, ocupada, de espaldas a la verdad más cercana a mí. La verdad más lacerante. Pero siempre he sido un cabezota, y también curioso, y también me han gustado siempre los desafíos. Así que intento conservar mis principios y afrontar esa verdad que fragmenta mi corazón y mi mente, para no caer en la vanidad y en la debilidad de dejarme llevar. Dejarse llevar y no pensar es lo que ha convertido a la humanidad en un pozo de miseria.
Los animales están sometidos a las leyes de la naturaleza, y el ser humano lo estuvo hasta que comenzó a organizarse. Demostró su ingenio al construir una sociedad con sus propias leyes y estatutos, a partir del cuestionamiento y la corrección de la naturaleza. Ahora, la mayor parte de la humanidad se somete a estas leyes como los animales a la naturaleza, sin cuestionarse si están bien estipuladas o no. Simplemente se adapta a ellas, demostrando que la característica principal del ser humano no es el ingenio, sino la capacidad de adaptación. Así, los principios de toda la humanidad se encauzan en los de los creadores de esas leyes y se pudren en el estancamiento. Y entonces la humanidad atiende como si fueran universales unas leyes que no son más que directrices arcaicas de dudosa ética. El que está encerrado en un manicomio es un demente, y por lo tanto está enfermo, y por lo tanto dice cosas sin sentido; tan seguro como que si me tiro por la ventana caeré hacia el suelo. Quizá el que está encerrado en el manicomio tan sólo ha visto cosas más allá de esas leyes estipuladas por los hombres y ha hablado sobre su cuestionabilidad, pero como para casi todo el mundo esto es equivalente a dudar de la fuerza de la gravedad, es tachado de enfermo.
La humanidad es la salvaje especie animal de la ciudad. La gran mayoría está tan pendiente de que sus valores correspondan a los de todos los demás que no es capaz de escuchar la melodía que cae desde las nubes. La mayoría de la humanidad no puede sentir cómo la lluvia purifica su mente y la deja en blanco durante un instante de tranquilidad primigenia, porque de todas formas la mayoría de la humanidad tiene siempre la mente en blanco.
Y todo por huir del dolor.




Chimaira - Nothing Remains

Chimaira - Nothing Remains (Chimaira)

I shout these words to those who never listened
I pen this letter with the utmost conviction
It's been dark in here, cold and rentless
It's been too long: I can no longer fight this

Too late to change my mind
Nothing remains
I've silenced the pain

All the years passed. No one heard my true feelings
You continued to act like you knew me
Did you ever stop to think that I'd be able
To look in your eyes and say that I'm stable

Too late to change my mind
Nothing remains
I've silenced the pain

Don't tell me, that I am taking the easy way out [x2]

No underlying message to figure out
What you got from me is what I put out [x2]

No one knew a thing about me
Just longing to be accepted
Wait 'til you see what I've become

My lifessness [x2]

Too late to change my mind
Nothing remains
I've silenced the pain


miércoles, 7 de febrero de 2007

Mis Documentos

Hace algo más de dos años, un quinceañero emprendió la tarea de escribir un blog titulado mediante un brillante juego de palabras: Mis Documentos.


Ahora el quinceañero tiene dieciocho años. Durante todo este tiempo ha vomitado sus ideas en el mencionado blog, tratando de resultar lo menos autocomplaciente posible. Ahora, un capítulo de su vida se ha cerrado y otro se abre.

Bienvenido a Mis Documentos 2.
No dudes en comentar lo que desees.